El evento de UFC 269 cumplió con todas las expectativas. Cada peleador supo cómo brillar y destacar en el octágono. Dejando la vara muy alta para los próximos combates. Este fue el caso de Gillian Robertson, quien se consagró victoriosa. Pudo superar a Priscila Cachoeira y someterla mediante sus increíbles habilidades.
La pelea que se desarrolló prometía muchas posibilidades. Pero nunca creímos ser espectadores de las polémicas estrategias que implementó Cachoeira. Aún así no pudo resistir mucho tiempo, cayendo en una dura derrota. Por su parte, Robertson fue la protagonista de la noche. Demostrando todo lo que es capaz de hacer en la jaula.
La peleadora oriunda de Canadá dejó el nivel de combate muy alto, dentro de la división de peso mosca femenina. Resistió valientemente las constantes ráfagas de golpes que le inyectaba su feroz contrincante. Y pudo dar vuelta la pelea y ejecutar una magnífica estrangulación trasera.
Sin embargo, la actuación de Cachoeira dejó mucho que desear. Sus tácticas de ataque no fueron limpias, como por ejemplo sus intentos de meter sus dedos en los ojos de Robertson. En un último intento para tratar de salir de un estrangulamiento, la peleadora brasileña dejó a la vista su falta de ingenio y ética para procurar liberarse.
Gillian Robertson logró llevarse la victoria en un sorprendente combate. Asimismo, pudo reivindicar su anterior derrota por decisión unánime ante Miranda Maverick. Además, marcó un nuevo récord al obtener más victorias por nocaut en la historia del peso mosca femenino de UFC con siete.