SALTA – No hay que negar que la salida de Cristina Fiore del, recién creado, Avancemos fue un balde de agua fría para el armado electoral de Emiliano Estrada. Pero si nos fijamos en los últimos años de la política salteña, Fiore solo es una más de los tantos que se sumaron a la diáspora local.
Este camino fue iniciado por Santiago Godoy, conocido popularmente como Indio, fue pionero en esta suerte d movimiento que año tras año tiene nuevos dirigentes. El motivo central de su migración sería la poca tolerancia al consenso. Es que estos dirigentes pegan el portazo sin tener en cuenta que para actuar con altos niveles de soberbia, primero se debe contar con un gran respaldo político.
Hay que recordar que El Indio estaba convencido que con un partido político propio podría continuar siendo tenido en cuenta para los futuros armados electorales. Actualmente no encabeza ninguna lista. Sus constantes subidas y bajadas del Grand Bourg poco le sirvieron para poder organizar su regreso.
Otro de los que se sumó a la diáspora de políticos salteños fue el sindicalista Jorge Guaymás. Seguro que armando otro partido continuaría formando parte del presupuesto provincia, tuvo un baño de realidad. No le quedó otra que dar un nuevo volantazo y salirse. Pues el vacío que le hicieron sus compañeros gremialistas lo dejó sin poder de negociación y ningún frente lo llamó.
Entre los personajes destacados se encuentra Martín Grande, que celebró como gol al minuto 90 la derrota de Inés Liendo en su intento de echar al camaleónico Matías Posadas. Incluso usó una horrible frase, como tantas que lo caracteriza y dijo “extirpado el cáncer, vuelvo a casa”. En su caso, cuentan que los Biella le habían asegurado que contaba con “su estructura” pero en las reuniones solo veía familiares.
Cristina Fiore, la última aliada
Y en el caso de la actual diputada Cristina Fiore, que fue la última en subir a este bote, decidió hacer público su salto de partido mediante en un tweet poco claro y que finaliza peor. Dio a entender que no pudo mantener su partido, ni formar otro, ni contener una dirigencia barrial que la apalanque, optó por volver al llano.
Los cuatro dirigentes de peso que se mencionan en la nota, cuentan que fueron insistentes los llamados de la dirigencia política para que revean su actitud, lo que finalmente no tuvo un final positivo. Lo cierto es que esto evidencia la poca tolerancia al diálogo y la posibilidad de dialogar para lograr consensos, algo que pregonan con mucha frecuencia pero solo queda en palabras, pues en la práctica…
