Muchos son los competidores que retrasan tu retiro dentro del mundo del deporte más tiempo del que debían y esto termina arruinándoles el final de su carrera. Pero este no es el caso de Artem Lobov, el exluchador de UFC, que con 35 años, colgó los guantes cuando se dio cuenta de que no cumpliría los grandes objetivos que se ponía en frente.
En diálogo con MMA Junkie, el peleador explicó en primer lugar las motivaciones que tenía incluso en las derrotas “Cada dos veces, incluso cuando perdía, siempre estaba trabajando hacia un cierto objetivo. Había un objetivo grande, grande, un gran objetivo frente a mí. El último para mí fue entrar en el boxeo y conseguir un día de pago de siete cifras. Sentí que una lucha contra Denys Berinchyk iba a hacer eso por mí”, comentó el luchador.
En ese sentido agregó que “fue medallista de plata olímpico, invicto en boxeo, campeón internacional de la OMB y todo esto. Sentí que si golpeaba a este tipo con nudillos desnudos, ese iba a ser mi boleto para una pelea de boxeo, para esa pelea de boxeo de siete cifras. Cuando esto no sucedió, fracasé, pensé que podía seguir luchando, pero iba a estar luchando solo para conseguir algo de dinero, solo para sobrevivir. Ya no había más grandes objetivos que pudiera lograr“.
Es por eso que finalmente decidió alejarse del deporte y cree que no regresará a competir profesionalmente. “Siento que no voy a ser uno de esos tipos que entran y salen de él. Fue una decisión en la que pensé durante mucho tiempo. Cuando tomé esa decisión y fue como: esto es todo. Sentí que todos mis sueños habían sido aplastados. Sé que tengo muchas derrotas, pero incluso cuando perdía a veces, estaba como si eso fuera solo un contratiempo menor. Mejoraré. Entrenaré más duro. Iré de nuevo. Lo intentaré de nuevo, y volveré y lograré los objetivos que me propuse alcanzar”, explicó el peleador.
Sobre el final, Lobov cerró con una confesión del momento desgarrador en el que aceptó su retiro. “Así que ahora, esta vez cuando me jubilé, tuve que llegar a este punto en el que me dije a mí mismo: ‘Bueno, eso es todo. No lograrás esos objetivos. No te sucederá. No fuiste lo suficientemente bueno. No lograste llegar a donde querías llegar. Es hora de colgarlos, Artem. Adiós’. Fue un momento emocional para mí”, concluyó el artista marcial.