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Salta

General Manuel Eduardo Arias: Guerrero de la independencia y el olvido nacional

Este guerrero de la independencia fue ascendido a general post mortem y una estatua suya fue emplazada en la ciudad de Orán despertando la polémica entre los estudiosos de la historia.

Batalla de Humahuaca- Arias

(Por R. Federico Mena- Martínez Castro)- Si aún el general Martín Miguel de Güemes, después de años de batallar por parte de los historiadores salteños, recién pudo alcanzar el reconocimiento nacional debido a sus merecimientos, poco es lo que se puede esperar de este general que, al margen de sus aciertos y desaciertos, se le debe agradecer la bravía con que peleara al lado de nuestro benemérito prócer durante la guerra gaucha en la frontera norte.

El entonces coronel, tuvo un serio enfrentamiento con su jefe Martín Güemes que en su momento y ateniéndonos a documentación histórica lo designara para la defensa de la ruta que unía Humahuaca con Orán, cruzando el abra del Zenta y San Andrés, lugar donde naciera ya que se trataba de una hacienda perteneciente a su padre, un oficial de la colonia virreinal don Francisco Arias Rengel y de una lugareña de la cual no se supo el nombre, cosa muy común debido a que los naturales carecían de apellido, o bien adquirían el de sus patrones. No existen registros documentales acerca de su nacimiento, cuestión ésta que mucho se ocultaba en aquellos momentos, muchas veces por una cuestión social hoy afortunadamente desterrada, verbigracia los hijos de Belgrano y de tantas otras familias principales de la época.

Lo cierto fue que pronto la impronta de su sangre comenzó a bullir en su interior llegándose a destacar con brillantes cualidades como patriota y militar. La finca de San Andrés era como decíamos anteriormente una ruta sólo transitable a lomo de mula, dada la anfractuosidad de su geografía y quizá hoy haya sido arreglada

Corría el año 1814 y Güemes se encontraba ya preparado para enfrentar la tan temida invasión, y es el momento en que el joven Manuel Arias se incorpora a las fuerzas de la patria con el grado de capitán por ser el jefe de las fincas familiares y de San Andrés. El grado militar otorgado estaba en buenas manos pues pronto demostró su gran capacidad por encima de los demás jefes gauchos ostentando al año siguiente la jefatura de Orán y zonas aledañas. Esto ocurría ya en el año 1815.

En 1816 se le nombra comandante de Humahuaca por decisión del propio Güemes para obtener una aplastante victoria en el año 1817 cundo se producía la invasión realista donde participaron numerosos combatientes.

Jefe de las fuerzas invasoras era el coronel Marquiegui, y con esta batalla ganada cortó las comunicaciones con el Alto Perú dando lugar a importantes combates posteriores que hicieron posible una aceleración de la retirada. La batalla de Humahuaca a la que no habíamos referido ocurrió en marzo de 1817, habiendo merecido una condecoración diseñada por el propio Belgrano en merito a sus excepcional valentía y desempeño. La condecoración recibida pasó a llamarse “La estrella de Humahuaca”.

Batalla de Humahuaca

Como anunciáramos anteriormente esta confrontación tan heroica se produjo en marzo de 1817 el 1 de marzo para ser más exactos, en que el ejército real del Perú al comando de José de la Serna e Hinojosa, había ingresado al territorio jujeño para proseguir luego hacia la capital provincial habiendo dejado en la quebrada soldados y municiones.

El general Olañeta abandonó Humahuaca dejando en la plaza 100 hombres y jefes militares y se dirigió hacia Jujuy para hacer la apoyatura a de la Serna. Las tropas de Arias a pesar de estar en condiciones de inferioridad material enfrentaron a los realistas con el poco y rudimentario armamento que tenían, tomando en la oportunidad la bandera del regimiento de Piscoaga e importantes bastimentos que sirvieron para continuar la lucha.

El coronel Arias fue posteriormente ascendido por pedidos de Belgrano y Güemes al grado de coronel. Brillaron en la lucha los capitanes Hilario Rodriguez y el teniente Manuel Portal.

La invasión del brigadier general la Serna contó con más de siete mil combatientes, contando con veteranos que habían combatido a Napoleón en Europa, como los regimientos de Gerona, Extremadura, Húsares de Fernando VII y Dragones de la Unión, lo que da singular importancia a este triunfo. 

Por aquella época Manuel Eduardo Arias, recibió al general Tomás de Iriarte que se pasaba a las filas de la patria, siendo derivado al jefe de las fuerzas gauchas Martín Güemes, para ponerse a sus órdenes.

En la guerra no todos son triunfos y los sinsabores están siempre presentes, como el que ocurriera con la derrota a manos de Olañeta en el mes de febrero de 1819, y precisamente en aquella oportunidad le fue ofrecida la incorporación a las fuerzas enemigas, a lo que respondió negándose con altanería.

Este ofrecimiento le significo ser acusado injustamente de traición, y las intrigas siempre a la orden del día, le distanciaron de su jefe, motivo por el cual pasó revisar en el bando opositor llamado “la patria nueva”. 

Posteriormente tuvo un enfrentamiento serio con Güemes y se lo acusó de tramar su deposición junto a otros notables de la política de ese momento, siendo arrestado, juzgado y condenado a muerte, pero Güemes que jamás fusiló al oponente: lo desterró.

Se refugió en la vecina provincia de Tucumán bajo la protección del gobernador Bernabé Aráoz entonces enemigo de Güemes siendo nombrado jefe del Estado Mayor y jefe de la infantería tucumana derrotando a las fuerzas de Martín Miguel Güemes en la épica batalla de Mancopa nombrado este lugar como Marlopa. En Tucumán jamás se nombra esta batalla como Marlopa, para posteriormente expulsar al coronel Saravia acantonado de Catamarca.

En 1819, una delación de Panana complica al coronel Arias, a don Isidoro Alberti y sus comandantes Fernando Benavídez y Mariano Morales y como sospechosos a Ontiveros, Valdiviezo, y Belmomte que estaban a cargo de Manuel Eduardo Arias.

Luego de la muerte de Güemes regresó a Salta, siendo nombrado por Gorriti comandante militar y político de la Quebrada de Humahuaca, la Puna y Orán. Se vivió en esos tiempos aires de paz entre ambos bandos.

Algunos enemigos que quedaron como consecuencia de su victoria en Tucumán y fue muerto en una revuelta en junio de 1822 en San Andrés siendo su asesino el jefe del partido enemigo de San Andrés.  Jujuy le rescata para la historia y lo propone como uno de los grandes héroes nacionales, al punto que su nombre figura en edificios y lugares públicos.

Este guerrero de la independencia fue ascendido a general post mortem y una estatua suya fue emplazada en la ciudad de Orán despertando la polémica entre los estudiosos de la historia.