En busca revertir el papelón por el robo de una suma de más de 7 millones de pesos y más de 100 teléfonos celulares del Escuadrón 20 Orán de Gendarmería Nacional, ayer la Unidad Fiscal Salta logró detener al comandante Mariano González Craham, Segundo Jefe de esa dependencia, y a un sargento como los principales implicados del millonario ilícito.
Las detenciones concretadas estaban al caer, tanto por la urgencia en atenuar el escandaloso robo, como por los cabos sueltos que dejaron los ladrones. Incluso, no se descarta que haya más detenidos, pues hasta anoche del botín no había rastros.
Los procedimientos que derivaron en el arresto del Segundo Jefe y del suboficial, según lo que pudo conocer este medio, se pusieron en marcha pasado el mediodía, medidas que fueron supervisadas por el Jefe de la Agrupación Salta, comandante principal Aníbal Tejerina, con la asistencia del comisario mayor Pedro Álvarez, del Cuerpo de Investigaciones Fiscales de Orán.
Tras la denuncia del robo, realizada recién el 3 de marzo pasado, aunque el hecho se habría cometido el 26 de febrero, la fiscalía de Tartagal y luego la de Orán, con la supervisión del fiscal de Dsitrito, Eduardo Villalba, llevaron adelante distintas diligencias en busca de establecer lo sucedido.
Fue así como se gestó un pedido que fue presentado ayer al juez federal de Garantías de Orán, Gustavo Montoya. Las medidas incluían nada menos que el registro total del predio del Escuadrón 20 de Orán, pues la sospecha principal apuntaba a que el botín podría estar aún oculto en las instalaciones de esa fuerza.
Además, se solicitó la detención del comandante González Craham, como así también el allanamiento de su casa en el barrio Jardín de Orán. La medida se cumplió al pie de la letra, pues el jefe fue detenido y se registró su vivienda de punta a punta, circunstancias en que se logró incautar elementos de interés para el caso.
Otros allanamientos
También se allanaron las casas de otros tres suboficiales, en los barrios San Juan, 90 y 100 Viviendas, donde se secuestraron otras pruebas. Por último, se llevó a cabo la detención de un sargento, quien fue arrestado en la ciudad santafesina de Rosario, mientras que su casa, en Orán, fue allanada.
Obviamente lo que más importaba, además de las detenciones, era la recuperación del botín robado. Se trata de una suma de más de 7 millones de pesos, más de 100 teléfonos, dispositivos electrónicos, discos rígidos una suma de 40 mil pesos, dinero perteneciente al Casino de esa fuerza.
Todo estos bienes y dinero, aunque parezca insólito, se hallaba en una caja fuerte dentro del despacho del comandante González Craham, cuya oficina no es de fácil acceso, pues para llegar a la misma se debe pasar por varios controles internos.
El segundo jefe, quien hasta enero pasado era jefe de otra dependencia inter, recién se hizo presente en su nuevo despacho a mediados de febrero pasado, pero recién denunció el robo de la caja fuerte el 3 de marzo, aunque reconoció que el 26 de febrero, ya había advertido que la puerta había sido violentada.
La demora en denunciar, como así también otras contradicciones en las que habría incurrido, sumado al relato de otros suboficiales que relataron los movimientos del jefe en los días previos del robo, decantaron en el pedido de la fiscalía federal.
Imputación
Ahora con la detención del comandante y el suboficial, un sargento que tendría antecedentes en otros hechos similares, se espera que la fiscalía lleve adelante la imputación penal del caso, lo que podría suceder en los próximos días.
Lo que más urge en estos momentos, en tanto, es poder dar con el botín y, para ello, ayer se realizó una profunda requisa en todo el predio del Escuadrón 20, sin que se haya podido dar con un solo peso del dinero sustraído. La búsqueda no sólo se limitó a las dependencias, sino también los vehículos secuestrados y todo recoveco que podría ser sospechoso.
El resultado negativo al respecto, incrementó las sospechas de que el botín ya haya sido trasladado a otro lugar fuera de esa ciudad, incluso no se descarta que se encuentre fuera de la provincia, pues uno de los sospechosos fue arrestado en Rosario, mientras que el otro tuvo amplia libertad de movimiento tras la denuncia del millonario saqueo.
La hipótesis principal apunta a una simulación de robo, algo que no sorprende para nada a los vecinos de Orán, pues los gendarmes y jefes de ese mismo escuadrón participaron de otros hechos similares, como el robo de armas y droga del depósito judicial.
Por ello, este nuevo hecho escandaloso no hace más que restarle el poco crédito que los vecinos tienen en los integrantes de la principal fuerza de seguridad nacional, cuyos logró, con este millonario robo, quedaron en el olvido.