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Se complica la situación del conductor que mató a una mujer con su camioneta en Salta

El relato de dos testigos presenciales del violento accidente, uno de ellos pareja de la víctima, generó un fuerte repudio contra el acusado, quien conducía ebrio cuando traspasó una rotonda, arrolló a una mujer y se estrelló contra una casa.

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SALTA.- La suerte del Jorge Durand Condorí, el conductor de 51 años que es juzgado desde el viernes pasado por el homicidio de Karina Natalia Flores en Salta, podría quedar echada hoy, cuando la Sala VI del Tribunal de Juicio avance con la etapa de alegatos y posterior veredicto.

Durand Condorí, además del homicidio culposo calificado de Flores, también es juzgado por el delito de lesiones graves calificadas, en perjuicio de un menor de 14 años, quien resultó herido cuando la camioneta que conducía el acusado derribó la pared de una casa, en el asentamiento Virgen de Urkupiña.

La situación del conductor, quien hasta el momento prefirió no declarar, se agravó bastante, cuando dos testigos presenciales del fatal accidente, ocurrido el 30 de agosto de 2020, fueron llamados a testificar por el juez José Luis Riera.

Previo a ello, declaró la dueña de la casa destruida por el accidente. La mujer dijo que esa noche sintió un fuerte ruido como si fuera una explosión. Agregó que en ningún momento vio venir la camioneta, cuyo conductor permaneció dentro del vehículo hasta que llegaron las ambulancias.

La testigo explicó que el conductor, quien presentaba 1.17 de alcohol en sangre, no decía nada. En vista del trauma que le causó el accidente, manifestó que un año después del hecho se mudó porque nunca más estuvo tranquila ahí, por miedo a “otro conductor ebrio o imprudente”.

Enseguida, declaró una vecina. Dijo que estuvo presente al momento de la colisión porque había ido a comprar al negocio que funcionaba en la casa siniestrada. Contó que se estaba yendo, cuando de pronto vio una luz fuerte y luego a la camioneta pasó de largo e impactó contra la vivienda.

Recordó que el vehículo “levantó a la chica por el aire”, lo que sucedió porque el conductor “no hizo la rotonda, siguió derecho”. Aseguró que escuchó el ruido que hizo al subirse al cordón cuneta y por eso miró, dándose tiempo solo para correr su moto.

Sobre la actitud del conductor, indicó que nunca frenó y que todo ocurrió en un segundo. Vio “como una cosa blanca que se abrió” (airbag). Previo al choque, Flores estaba parada con su pareja en la vereda del negocio, como posicionados para cruzar. El chico alcanzó a correrse y gracias a ello se salvó.

Su novia no corrió la misma suerte, pues sufrió graves lesiones que le causaron la muerte. Otra víctima del violento accidente fue un perrito que también sucumbió bajo las ruedas de la camioneta conducida por Durand Condorí, quien luego del accidente, descendió y rápidamente volvió a subirse al ver que la dueña de casa se le venía encima para recriminarle lo que había hecho.

“Estaba borracho”

Tras este contundente testimonio, el tribunal escuchó a la pareja de Flores, quien la acompañaba hasta el almacén, a donde había sido enviada a comprar pan para tomar el té. El testigo reveló que todo fue muy rápido. Cuando la camioneta apareció, se había soltado de la mano de su novia, sin poder asistirla nuevamente para sacarla del camino del rodado.

“Fue como un misil”, describió el joven el momento del impacto. Aseguró que el conductor no frenó ni tocó la bocina y que, en un lapso de segundos, el vehículo terminó dentro de la casa, donde funcionaba el almacén al que fueron a comprar.

“Era toda una polvareda, el hombre estaba borracho. Si estás consciente, haces la rotonda, pero él –por el acusado- siguió derecho”, relató, para luego resaltar que en el lugar del siniestro había luz suficiente de un foco de alumbrado público instalado en la esquina.

Como consecuencia del impacto, Flores murió. Otra testigo, señaló que escuchó el ruido del impacto. Al salir a la puerta, vio “una polvareda impresionante”. En un primer momento pensó que había explotado una garrafa y corrió a ayudar, la gente gritaba y todo era una gran confusión.

Al acercarse, vio a una chica en el piso. Su pareja estaba al lado, sosteniéndola, en una escena dramática. Llamó al Sistema de Emergencia 911 y luego se acercó a la joven. Había luz del alumbrado público, pero encendió la linterna de su celular para ver mejor porque había mucho polvo, circunstancias en que vio a la víctima ensangrentada, hinchada y en estado agonizante.

La testigo agregó que un remisero paró para trasladar a la joven, pero ella le dijo a su pareja que no la movieran, que era conveniente esperar a la ambulancia. Más tarde, cuando llegaron los paramédicos y alguien levantó unas chapas, pudo ver la camioneta. Hasta ese momento seguía pensando que todo se debía al estallido de una garrafa de gas.

Recordó que el conductor no bajó del vehículo y el airbag estaba activado. La dueña de la casa se dirigió a él, enfurecida, pero un policía le pidió a la mujer que se alejara y entonces el conductor volvió a subir al vehículo y el uniformado le cerró la puerta. Dijo que supuso que quizás el hombre se había infartado y por eso había chocado, pero cuando bajó ella lo vio “bien parado”. En esos momentos, también vio al adolescente que resultó herido, estaba en shock, gritando.

Para la audiencia de hoy, en tanto, se espera que declaren los últimos testigos, tras lo cual se avanzará con los alegatos de la fiscalía, la que podría solicitar una pena elevada para el conductor, de quien no se descarta que pueda declarar y dar su versión del hecho.

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