Los resultados electorales en Argentina fueron altamente sorpresivos, si pensamos que el presidente electo comenzó su campaña en el panel de un programa de televisión. Lejos de los mates en las plazas y las sedes partidarias, esta vez, los videos de TikTok ocuparon el lugar de difusión de ideas y sus comentarios su lugar de expresión.
Argentina tiene una profunda crisis que la dirigencia no supo ver, no supo escuchar, y como en todo divorcio, no supieron prever una solución. La vieja política insistió hasta su último segundo, pero, ni con casi dos puntos del PBI pudo con el hartazgo de una sociedad muy golpeada. Desesperanzada .
Muchos sin dar públicamente su voto, aun apretando dientes, prefirió la sociedad el salto al vacío. Antes que un país en llamas. Hoy con intriga, la pregunta es: ¿La dirigencia de la vieja política entenderá el mensaje de la sociedad cansada, de los dirigentes a forcé, y su voz poco escuchada?
La segunda pregunta, no menos importante, es qué pasará con el animal de la mitología que rompe todos los esquemas, como lo llamaría Pepe Mujica: ¿Qué pasará con el peronismo?
¿Quién encabezará el armado de ordenamiento? Mientras tanto hoy Argentina tiene un 55% de personas esperanzadas en un país donde el sillón de Rivadavia será ocupado por un outsider nacido en un panel de televisión.
