Connect with us

Hi, what are you looking for?

Elintra.com.arElintra.com.ar

Salta

La campaña de Estrada-Calletti costó cerca de $ 700 millones

Esa exorbitante cifra se habría destinado para hacer que la dupla Estrada-Calletti se instale en el imaginario ciudadano.

Estrada
Emiliano Estrada junto a Pamela Calletti

(Por Matilde Serra).- La historia que todo lo devora se ha llevado al arcón del olvido la pasión que inflamaba a la política y por la cual los dirigentes llegaban a perder propiedades, familia y hasta la vida misma. En los tiempos actuales donde todo es invertido, incluso el género, la política ha dejado de ser una actividad para todos quedando sólo reservada a pocos, cada vez más pocos. Es lo sucedido con la campaña pasada del Frente de Todos de Emiliano Estrada y Pamela Caletti.

Como bien diría Francisco de Quevedo, “Poderoso caballero es don dinero” y desgrana en sus primeros versos el amor al poder y al dinero “que permite conseguir cualquier cosa”, hasta levantar un muerto se diría en términos políticos actuales. Esta última afirmación no es gratuita sino ajustada a la realidad que vivió recientemente la provincia de Salta donde los candidatos del oficialismo a diputados nacionales, Emiliano Estrada y Pamela Calletti, según los sondeos no llegarían juntos al Congreso Nacional, tras una fuerte inversión –inyección, más bien- de dinero, lograron alcanzar las bancas deseadas.

En efecto, según fuentes confiables, el costo de la campaña del Frente de Todos habría escalado hasta unos $ 700 millones, de los cuales el gobierno nacional habría aportado unos $ 400 millones mientras que el gobierno provincial habría sufragado otros $ 300 millones de la moneda nacional, todo para “levantar el muerto”, se diría propiamente en criollo.

Esa exorbitante cifra se habría destinado a solventar toda la parafernalia electoral necesaria para hacer que la dupla Estrada-Calletti se instale en el imaginario ciudadano a través de gigantografías ubicadas en espacios a su vez pagados (algunos alquilados ya desde varios meses anteriores a las elecciones), acrílicos estampados, “lonas” como se llaman, estructuras metálicas, panfletos (se imprimieron varios millones), votos y algún que otro merchandising.

A todo ese volumen de elementos de propaganda deben sumarse pautas publicitarias, sobres para pagar reportajes complacientes, estudios de grabación, técnicos y diseñadores de spots televisivos que se ocupan de realizar aquello que Marshall Mac Luhan diría: “El mensaje es el masaje”; es decir, masajear el consciente e inconsciente del pueblo.

Por fin, queda pagar a los equipos de “pegatineros” que ya formaron verdaderas Pymes donde cada uno tiene asignado un rol, incluso el de custodia de los que pintan y pegan a quienes hay que pagarles “hasta las balas por si la cosa se pone pesada con los de otro partido”, como relata un veterano de este oficio. Estos grupos tienen incluso ya nombres que los identifican en el ambiente.

Como no hay circo sin música, hay que pagar también a las bandas de músicos y a las murgas que divierten en los pueblos mientras se reparten los panfletos. Al final, queda pagar los gastos de movilización del día de la elección que consisten en un aporte al “compañero” o dirigente que organiza, otro tanto para el encargado de zona y/o de colectivo, el chofer y el combustible, lo mismo que los taxis y remises, más las consabidas viandas para fiscales y las siempre generosas empandas y gaseosa para los votantes.

Pero no solamente los candidatos oficialistas reparten dinero “a troche y moche” sino que la oposición trata de no quedarse atrás, claro, sin contar con los mismos recursos que dispone quien tiene la manija del Estado. En el caso de Cambiemos en Salta, fuentes cercanas y también confiables, afirmaron que la campaña les habría costado unos $ 300 millones, de los cuales el gobierno de la provincia habría aportado unos $ 100 millones y el resto vaya a saber quién.

En tanto, la lista que llevaba al locuaz Felipe Biella (SI –Salta Independiente), a la hora de los dineros no era tan independiente porque de ese monto unos $ 80 millones los habría puesto el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, junto al apoyo en medios de comunicación.

Como el más modesto quedó el imperecedero, Guillermo Durand Cornejo, a quien le habrían aportado la modesta suma de $ 10 millones por parte del gobierno de la provincia de Salta, convirtiéndose este candidato en la muestra más elocuente de lo que enunciábamos al principio de esta nota: “Poderoso caballero es don dinero”. Durand Cornejo será todo un caballero, pero sin dinero, quedó en el camino.

¿Y la transparencia?

Existe en todos estos casos una clara y flagrante violación a lo normado en la Ley 26.215, o “Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos” que discierne sobre el patrimonio de los partidos políticos, el control patrimonial, la recaudación de dinero para campañas electorales y la transparencia de esos fondos que deberían ser rendidos y publicados, algo que nadie hace.

Por eso es que ante tan descomunal dispendio de dineros, aparentemente públicos en el caso de candidatos oficialistas, el ciudadano debe preguntarse si efectivamente se está utilizando el dinero de los contribuyentes y en caso de no ser así le asiste todo el derecho a saber quién o quiénes aportan y cuánto, más en tiempos donde ciertas actividades non santas utilizan a la política como medio de lavado y hasta de inversión apadrinando a algún candidato.

El Capítulo III de la citada Ley habla del financiamiento público en campañas electorales y detalla en el articulado pertinente los tiempos y los modos en que se debe recaudar y sobre rendir cuenta de esos dineros.

En Salta, luego de observar estos escalofriantes montos que en su conjunto superarían los $ 1000 millones de pesos gastados desde las PASO hasta la última elección del pasado 15 de noviembre mientras miles de ciudadanos padecen necesidades básicas, sería pertinente y exigible que los partidos políticos –cuando los haya- o los Frentes, hicieran su declaración de ingresos y egresos, pero sabido es como se dice en el lenguaje criollo y coloquial que eso “es pedirle peras al olmo”, pues si acaso alguno lo hiciera en tiempo y forma, así como dudosos son los orígenes de los fondos, también pueden ser las declaraciones.

Las elecciones han pasado y han quedado declarados los ganadores, esto es lo publicado y que todo mundo sabe…, lo que quedará en el debe serán los perdedores, que como siempre resultará siendo el grueso de los electores.