Si bien el mundo del boxeo y de las artes marciales mixtas son diferentes, no podemos negar que se acompañan entre sí. Conocemos varios casos de boxeadores que deciden por diversas razones iniciar una carrera dentro de la compañía de la UFC (y viceversa) y adentrarse a las nuevas reglas dentro del nuevo octágono.
Gervonta Davis es un reconocido boxeador estadounidense, tuvo en su posesión el título de peso superpluma de la FIB en 2017. Y, a partir de diciembre de 2017, Davis se clasificó como el cuarto mejor boxeador activo de la división por la revista The Ring, y quinto por la Transnational Boxing Rankings Board.
Fue así que el peleador oriundo de Baltimore, invicto en su carrera profesional, habiendo peleado en las categorías de peso ligero, superligero y superpluma, ilusionó a todos los simpatizantes del deporte con una posible incorporación a la compañía de la UFC, en donde solo aceptaría con la única condición de que le ofrezcan el pago correcto.
“Si el dinero es suficiente como para hacerme sentir cómodo, pelearía en MMA. Quiero decir, me tienen que pagar bien eh. Sé que probablemente no me pagarían como en el boxeo, pero debería ser lo suficiente”, fue lo que comentó con respecto a la posible oferta. Además, alardeó sobre sus habilidades provenientes del boxeo y su pasado diciendo que ningún peleador de su categoría y tamaño lo podría derribar o inmovilizar.
“Yo vengo del barrio. Allí solíamos luchar y sé cómo moverme. Eso es lo que hacemos, hombre. Lo primero que haces cuando peleas en el barrio es balancearte y, luego desde el swing, te levantas y golpeas”, mencionó en relación a la destreza que se realiza en los combates de artes marciales mixtas. Además, cabe recordar que recientemente Davis estuvo vinculado con una posible pelea de boxeo contra el excampeón de UFC, Conor McGregor, pero la cosa no prosperó.
