Gillian Robertson chocó los puños contra Priscila Cachoeira en UFC 269. Fue una noche realmente sorprendente. En donde se dejó a la luz las verdaderas tácticas y ética de ambas peleadoras. Desarrollando un combate extraordinario y que les permitía demostrar sus bastas habilidades dentro del octágono.
Recordemos que Robertson se llevó el triunfo. Logró resistir y someter a su contrincante. Tras una sumisión por un estrangulamiento trasero desnudo. Cachoeira luchó todo lo que pudo, pero optó por realizar movimientos sucios. En un intento desesperado para liberarse del estrangulamiento, puso sus pulgares en los ojos de su oponente.
Tal acción desató una explosión entre todos los espectadores del evento. Por lo que, luego de calmarse y disfrutar su triunfo, Robertson comentó: «Definitivamente solo esperaba que el árbitro detuviera la pelea en ese momento. Pero ni siquiera creo que le haya dado una advertencia. Había dos dedos que eran bastante claros, era como un pulgar directo a mi ojo. Y solo estaba tratando de apretar, apretar”.
En una pelea puede suceder de todo, eso está claro. Por lo que la ganadora de la noche exclamó con firmeza la falta del cumplimiento del reglamento por parte del árbitro: “Para mí, simplemente lo dejo pasar. No lo sé, es una pelea. A veces, supongo que realmente no sabes lo que pasa por su cabeza. No sé. Probablemente estaba en un momento de desesperación, realmente no tenía una defensa, por lo que su defensa fue la herida en el ojo”.
Sin embargo, a pesar de todo, Robertson logró conseguir la victoria. Nada impidió que no cumpliera con su objetivo. Además, manifestó que no posee ningún tipo de rencor hacia Cachoeira: “Luchamos y podemos abrazarnos al final del día”. Demostrando su respeto hacia los valores del deporte.
