A sus 31 años, y luego de dieciocho victorias como profesional, el destino de Claudia Gadelha ya no está en UFC, pero no es a raíz de una decisión de la promotora, sino que las peleas empezaron a evidenciar sus consecuencias en la cabeza de la luchadora. Tras una conmoción cerebral, la artista marcial publicó un video en sus redes sociales explicando cómo sufrió en aquellos momentos.
Los efectos que producen los enfrentamientos de alto nivel son diversos en los luchadores, pero algunos llegan a sufrir a partir de su profesión, y este es exactamente el ejemplo de Gadelha. En un video subido a su cuenta oficial de Instagram, la peleadora explicó que “en noviembre de 2020, después de una pelea, tuve una conmoción cerebral muy grave y tuve un síndrome posconmoción, que son los síntomas de una conmoción cerebral durante un largo período de tiempo. Entonces sufrí con los síntomas por un tiempo”.
En ese sentido, la número siete del ranking de peso paja detalló el sufrimiento que vivió a a raíz de la situación. “Fue muy frustrante porque mis dolores de cabeza eran como un cuchillo apuñalando la parte de atrás de mi cabeza. Tenía muchas náuseas, casi vomitaba, me sentía muy, muy mal. Ni siquiera podía salir a caminar, no podía entrenar, era muy frustrante”, expresó la luchadora.
En sus siguientes palabras, Gadelha relató los duros momentos que atravesó en aquel entonces. “Tuve que correr al hospital al comienzo de mi conmoción cerebral dos veces. Terminé en la sala de emergencias dos veces y estuve aquí en Las Vegas, sola y con mi familia en Brasil, fue durante COVID, así que no pude volar a Brasil para ir con mi familia porque era como el principio de la conmoción cerebral. Tuve que pasar mucho tiempo sola durante la conmoción cerebral y eso fue muy, muy frustrante”, explicó la luchadora.
En su último enfrentamiento, la brasilera llegaba con dos victorias consecutivas, pero no pudo imponerse ante su rival y fue derrotada en las tarjetas, en noviembre del año pasado. Luego de aquella ocasión, Gadelha no volvió a competir y, en las últimas semanas, le comunicó a la promotora su decisión de no volver a subirse nunca más al octágono.