Las expresiones de sorpresa se volcaron rápidamente a la conclusión de que la política define todo en este país, incluso por encima de la Justicia y que los funcionarios pueden hacer y robar lo que quieran, ya que mientras repartan con otros peces gordo, podrán caminar libres por las calles.
Hasta el 16 de diciembre pasado, todos festejaron que, al menos tres acusados de los 10 que fueron a juicio, quedaron con prisión preventiva, entre ellos Jorge Prado, a quien se le dictaminó que el cumplimiento de la medida lo sea bajo la modalidad de arresto domiciliario.
La misma decisión se tomó respecto al empresario mendocino Diego Alos, dueño de la empresa OSYP SA, la cual fue utilizada como pantalla para el saqueo de cientos de caños del Gasoducto GNEA, que causó un perjuicio de más de 5 millones de dólares en la región.
Ahora, con este fallo, la defensa de Alos tiene el camino allanado para pedir el mismo beneficio otorgado ayer a Jorge Prado, con lo cual; de toda la mega causa, que demando más de 5 meses de audiencia de juicio y casi un año de investigación, sólo quedará un detenido.
Se trata de Adrián Vera, dueño de la firma Vera SA, también usada para estafar a los vecinos con trabajo en el paraje El Desemboque, de donde se robaron la mayor cantidad de caños, los que fueron comercializados en distintos puntos del país, incluso hacia Bolivia.
Vera, según el fallo del 16 de diciembre del Tribunal Oral Federal 2, presidido por el juez Abel Fleming junto a los vocales Gabriela Catalano y Domingo Batule, fue condenado a la pena de 3 años y 8 meses, mucho menor a la de Quique Prado y Diego Alos, pero en su caso se dispuso que la prisión preventiva sea efectiva, por lo que, hasta el momento, no hay posibilidad de que zafe de esa condición.
Prado, como se sabe, recibió una pena de 6 años y 6 meses por el delito de robo agravado por ser cometido en despoblado y en banda, mientras que la condena de Alos fue de seis meses menor a la del ex intendente, también por el mismo delito.
Se determinó que los tres condenados fueron los autores del robo de 252 caños del gasoducto, aunque existe la sospecha de que ese número se quedó corto con lo que realmente robaron Prado, Alos y Vera, con la ayuda de otros empresarios que el tribunal de juicio consideró inocentes, pese a numerosas pruebas existente en su contra.
Hoy, a días de esa resolución que fue aplaudida por la decisión de la justicia de tomar una posición más firme contra estos tres condenados, se diluyó en un santiamén, en este caso por jueces de la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal.
Garantistas
Según se pudo saber ser trata de los jueces Mariano Borinsky, Ángela Ledesma y Carlos Mahiques, siendo el primero de ellos el ex presidente de la Comisión de Reforma del Código Penal, un proyecto que terminó por naufragar en las manos del ex presidente Mauricio Macri.
Los jueces, en una audiencia oral, dado que el caso se juzgó con el nuevo sistema acusatorio, escucharon al abogado Fernando Teseyra, defensor de Jorge Prado, quien reclamó por la decisión de los jueces de juicio de disponer la prisión domiciliaria de su cliente.
Para el letrado, quien resultó como el gran ganador del caso, Fleming y compañía se excedieron en sus facultades, puesto que al momento de dictar sentencia prima la condición en que los acusados llegaron a debate, si lo hicieron en condición de libertad, debe permanecer este beneficio hasta que la condena quede firme.
En este caso, sucedió así, pues Prado y Alos llegaron a juicio en libertad, en tanto, que Vera lo hizo bajo la modalidad de prisión domiciliaria, siendo agravada su condición debido al fuerte riesgo de fuga que surgen de los antecedentes de este condenado.
Obviamente, en la decisión de los jueces de la Cámara Federal de Casación Penal primó el aire garantista que, desde hace ya algunos años, flota en los tribunales de alzada de la justicia nacional, corriente que favorece en particular a los ex funcionarios.
Y Prado no fue la excepción, por lo que los jueces no dudaron en darle la razón a Teseyra, así que ordenaron la inmediata libertad de Jorge Prado, quien recibió ayer la noticia como si se tratara de un regalo de Papa Noel atrasado, aunque lo festejó con una buena caminata por el pueblo, según dicen.
En tanto, los vecinos, sin caños, sin los juegos infantiles que Prado y Alos les habían prometido, mucho menos las fuentes de trabajo y aún más lejos de poder ser beneficiados con el gas natural, ahora deberán saludar al ex intendente que los engañó y se llenó los bolsillos como cualquier otro vecino del pueblo. ¡Y, bueno, así estamos!