SALTA – En la elección de las sorpresas y los márgenes exiguos Cafayate fue uno de los municipios que dio la nota. No nos olvidemos que Tartagal, Rosario de Lerma y otras tantas comunas salteñas definieron sus elecciones por unos pocos puntos porcentuales de diferencias. Y en algunos, como en este bastión fundamental de los valles calchaquíes se definió por algunas décimas. Pero ningún margen mínimo le quitará a Rita Guevara la alegría de ser intendenta.
De hecho, Guevara será la primera intendenta mujer de la comuna viñatera. Desde que Cafayate es municipio jamás había sido conducido por una mujer. Ahora, desde el 10 de diciembre, la dirigente que fue candidata por el Frente Unidos por Salta se sentará en el sillón de jefa comunal. Intentará dejar su marca en una de las municipalidades más importantes de la provincia, por su caudal empresario y turístico.
Pero hay que aclarar que no fue nada fácil la faena electoral para la intendenta electa. Porque le tocó competir contra el actual intendente y con un candidato que hasta último momento estuvo muy cerca de robarle la victoria, que recién será confirmada una vez que esté hecho el recuento definitivo de votos. La candidata electa obtuvo el 26,45% mientras que su inmediato perseguidor obtuvo un 25,70% ubicándose a menos de un punto.
Una elección sufrida por Rita Guevara
Pero el que se llevó una desagradable sorpresa fue el actual intendente Fernando Almeda que buscaba su reelección y quedó tercero, muy lejos de los dos primeros lugares que se diputaron la intendencia voto a voto. El profesor Almeda, como se lo conoce en la zona fue duramente cuestionado por los vecinos durante su gestión y esos cuestionamientos se vieron en las urnas que lo ubicaron 10 puntos por debajo de Guevara.
El otro que hizo una pésima elección fue Ernesto Nanni, de Juntos por el Cambio, que aún teniendo un apellido ilustre dentro del municipio se quedó, apenas, con el cuatro puesto con poco más del 14% de los votos. La pelea de Juntos por el Cambio, previo a las elecciones, se notó a la hora de emitir el voto, una sociedad harta de peleas, le dio la espalda a una fuerza que solo mostró apetencias políticas personales y ninguna propuesta que seduzca a los votantes.
