La pelea de anoche entre Arman Tsarukyan y Joel Álvarez constituyó uno de esos momentos que quedan marcados en la memoria del público por la impresión que conllevan. Con un codazo en el primer asalto, el luchador dejó ensangrentado a su rival, que luego tuvo que retirarse del octágono. Tras su victoria, el oriundo de Ajalkalaki expresó su deseo de una revancha con Islam Makhachev.
Fue dominante de principio a fin, aunque el enfrentamiento no duró mucho. Tsarukyan consiguió la victoria con dos momentos claves: el primero cuando conectó un codazo en el rostro de su rival en el primer asalto, y luego una lluvia de golpes en el segundo round que llevaron al árbitro a frenar el encuentro. En la entrevista posterior, el peleador explicó cuál fue estrategia para este duelo.
«Me gusta sorprender a cada uno de mis oponentes. Quería mostrar cómo mejoré en mi huelga, lucha libre, puedo hacerlo todo. Mi plan de juego era cansarlo para ahogarlo o llevarlo a un nocaut técnico», contó el luchador. El codazo llegó cerca del final del primer round y una explosión de sangre empezó a brotar del rostro de Álvarez, que se dirigió a su esquina tras unos instantes y decidió continuar peleando.
Luego, los constantes puñetazos de «Ahalkalakets» -sumados a la poca visibilidad que le permitía la sangre que le cubría el rostro a su oponente- llevaron a que el árbitro se vea obligado a detener el encuentro. «Lo hice y estoy muy feliz. Creo que merezco un top 10 y tengo que luchar con un peleador del top. Estoy mejorando todos los días», declaró el artista marcial.
Sobre sus próximos pasos, Tsarukyan fue claro al expresarse sobre sus deseos. «Es mi objetivo: enfrentar al Islam Makhachev de nuevo. Porque va a ser una buena combinación. Va a ser el mejor enfrentamiento porque somos los mejores de nuestra división. Creo que sí», aseguró el competidor. Con Makhachev en busca del título, habrá que esperar para ver si el número cuatro de la división le da la oportunidad al georgiano, que llegó a su quinta victoria al hilo en UFC.
